AÑO 3 NO. 16 || 15 . ENERO . 2013
REVISTA ELECTRÓNICA TRIMESTRAL DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE BAJÍO

La apatía en los adolescentes:
Un crimen imperceptible, progresivo y erosivo.

Artículo presentado por: Mtra. Teodulfa Griselda Medina Pérez
Catedrático de la Licenciatura en Criminología y Criminalística
Universidad de la Salle Bajío A. C.


 

Es justificable que frente a una sociedad tan signada por la violencia, nos cuestionemos continuamente de las causas que generan estas actitudes en las personas. Muchos estudios arrojan datos interesantes acerca de las historias tóxicas vividas por las personas violentas y agresivas, con una inclinación a la autodestrucción “salpicada”, en la que engendran víctimas inocentes.

Tal vez resulte interesante leer los escenarios, tomando en cuenta tanto los personajes como el espacio escénico donde se desenvuelven. La violencia es sólo un efecto, entre tantos, de situaciones más complejas.

En el presente artículo nos circunscribiremos a un grupo concreto, que por estar en una etapa evolutiva signada por la vulnerabilidad, quienes son más propensos a dejarse envolver de la vorágine social: Los adolescentes. Enfocaremos la reflexión hacia aquellos que, por su condición, están en situación de riesgo.

Abordando directamente las causas que generan tales actitudes, nos encontramos ante un fenómeno casi endémico. Un síntoma individual con habilidades quizá no visibles de contagiarse y propagarse a muchos, de forma inesperada: la apatía.

Rollo May (2000) asegura que una de las razones que causan la pérdida de sentido y por tanto el desinterés vital es la “apatía”. La define como esa falta de pasión, emoción o excitación, que lleva al individuo a vivir en plena indiferencia. El adolescente que no ha alimentado las “ganas de vivir”, que se ha “acostumbrado” demasiado rápido a su persona y a su entorno, que no se ha preocupado por cultivar la capacidad de sorpresa, está más propenso a aventurarse a buscar eventos extraordinarios que lo saquen de ese letargo vital, aunque éstos afecten radicalmente su existencia.

Este autor de la psicología humanista existencial, hace una reflexión a partir de lo que considera la causa primordial de la insatisfacción de las personas: La apatía. Desde allí aborda cómo el amor y la voluntad han sido adulterados. Insiste que la verdadera causa está allí.

La apatía es particularmente importante a causa de la estrecha relación que tiene con el amor y la voluntad. El odio no es lo contrario del amor; lo contrario del amor es la apatía. Lo contrario de la voluntad no es la indecisión –que, en realidad, puede representar la lucha del esfuerzo de decidir- sino en el hecho de permanecer desinteresado, desapegado, de hechos significativos de los cuales uno no participa. En esas condiciones nunca puede surgir la cuestión de la voluntad. La interrelación de amor y voluntad consiste en que ambos conceptos se refieren a una persona que se encuentra en el proceso de tender a algo, de moverse hacia el mundo exterior, de tratar de afectar a los demás o al mundo inanimado y de ofrecerse ella misma para ser afectada; se trata de un proceso de modelar, formar, establecer una relación con el mundo o tratar de que éste establezca una relación con uno. (May, 2000. Págs.29-30)

Tal como se evidencia en la cita, Rollo May, insiste en la necesidad de abordar el fundamento del sentido de vida en esta porción vulnerable de la sociedad, para comprender las desviaciones y problemáticas en los adolescentes, y en las personas en general. Es importante puntualizar la mirada hacia el cómo está su capacidad de amar y su voluntad. He ahí la clave.

Es curioso cómo el autor que nos ocupa, señala la importancia de la incorporación sana de lo demoníaco en la propia vida, para equilibrar todas las demandas que el vivir implica. Está convencido que la formación social (sobre todo en la familia y en la escuela), adhieren valores que descartan la posibilidad de mirar con buenos ojos el elemento demoníaco en la vida de la persona, esto hace que la censura le impida acoger esta dimensión desde su aporte sano a la vida. Rollo May insiste en la relevancia de ese sano equilibrio en el que se convocan ambas realidades.

Lo demoníaco es el impulso que cada ser tiene para afirmarse, para perpetuarse y engrandecerse. Lo demoníaco se hace malo cuando usurpa la totalidad del yo sin atender a la integración de ese yo ni a las formas y deseos de los demás, ni a las necesidades de integración. Entonces lo demoníaco se manifiesta como agresión excesiva, hostilidad, crueldad, esas cosas que nos horrorizan profundamente y que reprimimos lo mejor que podemos o, como es lo más probable, proyectamos a otros. (May, 2000. p.114).

Se puede evidenciar el valor de asegurar ese equilibrio que en la actual sociedad se hace cuesta arriba, por todas las reminiscencias de una educación que se resiste a ser menos controlada y más libre, a la imposición de una escala de valores que deshumanizan y autodestruyen lo más genuino de las personas. El adolescente, creciendo en un contexto aún encasillado con parámetros intransigentes, busca asirse a lo que le acerque a aquello que intuye dentro y aún no puede explicarse. En esta búsqueda incesante de “algo” aún desconocido, es cuando se hace explícita su vulnerabilidad ante una sociedad avasallante, incapaz –la mayoría de las veces- de acompañar adecuadamente este proceso de transición. Justo, en esa permanente búsqueda, muchas veces impregnada de continuas frustraciones y de señalamientos de rechazo, hacen que la orientación de los pasos del adolescente se conduzca hacia vericuetos peligrosos y desgastantes. La necesidad es realmente genuina, pero la exploración no siempre asegura algo beneficioso. Según May, no saber combinar el aspecto creativo de lo demoníaco y para evitarlo se reprime en su totalidad, es posible que entonces, el individuo caiga en una apatía, capaz de sustráele las ganas de vivir, de existir.

Resulta interesante leer en este autor, en otro texto, indica cómo la dialéctica entre la ansiedad y los valores mantienen a la persona en una tensión continua que, en muchos casos, puede conducirla a la autodestrucción cuando no se establece un justo equilibrio. May (2000), al igual que todos los fundadores de la psicología humanística, sostiene que la capacidad emergente más importante del ser humano es la autorrealización. Afirma que ésta aparece un poco después de los primeros meses de vida y que seguramente alcanza su pleno desarrollo a los dos años. A partir de allí, juegan un papel importante el amor y el cuidado. El niño está en capacidad de reaccionar ante lo que recibe, y de esta forma se va consolidando su conciencia. Si, durante estos primeros años, el niño no tiene garantizado esos dos elementos (amor y cuidado), la vulnerabilidad propia de la adolescencia estará estigmatizada además de una gran inseguridad y desvalorización de sí. Cualquier propuesta que posea –a los ojos del adolescente- un atisbo de acogida y de aceptación, pese a todos los efectos negativos que ésta pueda tener, resultará una tabla de salvación a la que se aferrará sin discusión. Rollo May está convencido que la clave está en el amor y en la voluntad, sólo desde allí puede leerse la importancia de los valores en la persona. Se permite definir el valor como una capacidad de brindar algo a la otra persona, además de recibir. Sostiene que el individuo maduro tal vez experimente su mayor ansiedad cuando ve amenazada la oportunidad de brindar amor a los demás (May, 2000).

Uno de los elementos que se siente como expuesto a cualquier injerencia y amenazado en su esencia, en la vida de los adolescentes, es la libertad. Es una evidente necesidad de salvaguardar lo que consideran intocable. En la mayoría de los casos, el adolescente no logra establecer un vínculo entre la libertad y la responsabilidad. Asegura May (2000) que el acento, inclusive a nivel de terapia, se ha puesto más que en la libertad y en la responsabilidad, en el control de éstas. Insiste en la necesidad de admitir que la libertad se adquiere, se conquista, se nace libre sólo a nivel de potencialidad. Ser libre, para May (2000), significa “enfrentar y soportar la ansiedad; huir de la ansiedad significa renunciar a la propia libertad”. El concepto de libertad que maneja el y la adolescente común es otro, y está más relacionado con libertinaje, hacer lo que se quiere y cuando se quiere. He aquí un dilema fundamental, que afecta directamente su vulnerabilidad. Parte de los riesgos que corren los adolescentes es el miedo a afrontar la propia ansiedad y por ello la búsqueda de paliativos que solventen los efectos de esa ansiedad.

Acercar al adolescente a la posibilidad de interactuar con la realidad, conocerla, abordarla con curiosidad y sin temor, pero con la cautela de quien se sabe transitando terreno desconocido, es una oportunidad de permitirle descubrirse en el mundo que le rodea. Acompañar este proceso requiere de personas convencidas de la vida, en continua exploración para alcanzar la propia autorrealización. No obstante, Villanueva R. (1988), se pregunta a propósito de la autorrealización:

¿Qué le ha pasado al ser humano que todos somos en potencia? Si el hombre en realidad puede llegar a grandes alturas en su desarrollo humano (y de esto no hay duda, existen innumerables ejemplos) y si en verdad tiende en forma natural hacia la autorrealización, como todo lo que existe en el universo, ¿qué le pasa?

Rollo May y otros autores de la psicología humanística responden este cuestionamiento existencial. La clave está en el sentido de la propia vida, y en esto el maestro es Viktor Frankl (1991), quien nos invita a volver de nuevo la mirada al amor y a la voluntad de vivir. La apatía es un contaminante ambiental que está erosionando la existencia de muchos y promoviendo la autodestrucción en quienes la padecen sin ser capaz de advertirla.

1. Frankl, V. (1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona. Herder.

2. May, R. (2000). Amor y voluntad. Contra la violencia y la apatía en la sociedad actual. Barcelona. Editorial Gedisa, S.A.

3. May, R. (2000). El dilema del hombre. Respuesta a los problemas del amor y de la angustia. Barcelona. Editorial Gedisa, S.A.

4. Villanueva R.,M. (1988). Más allá del principio de la autodestrucción. México. Manual Moderno.

 

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